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por Adriana Vélez hace 11 horas
¿Cordura un poco para empezar el fin de semana? Bien, aquí tienes. A Nueva Jersey restaurante se niega a servir a los clientes de pantalones caídos. Pizzería de Giulio entradas con orgullo una señal "Saggy Pants prohibidos en estas premisas!" No es porque están tratando con una desenfrenada carrera de día clientes caídos culos en y día hacia fuera. En realidad, el signo vino de un incidente cuando un cliente le pidió que levante sus pantalones. El cliente respondió que no había un cartel que dice que él tuvo que levantar trou. Y gestión decidió que esa señal estaba en orden. Sin embargo, un simple acto tiene el potencial para mejorar la experiencia culinaria de muchos otros clientes. ¿Puede darme a un amén?
Como empleado y miembro de la familia del restaurante los dueños lo pone, "nosotros no estamos pidiendo mucho. Sólo pedimos cuando entras, respetar el establecimiento y la gente." Eso es todo. Puede parecer insignificante, especialmente si los pantalones caídos no es una epidemia en Giulio de antes. Pero la gente no le importa. Eso es tan fuerte la mayoría de nosotros siente la visión de un hombre joven en pantalones colgadas bajo lo suficiente para hacernos ver su ropa interior.
Si ves la parte superior de los boxeadores de alguien en la oficina de correos... lo que sea. Es todavía de una intrusión (siendo expuestos a íntimos de alguien sin su permiso). Pero de alguna manera es peor si estás tratando de comer. Muchos de nosotros queremos un cierto nivel de civilidad cuando cenamos. No es una barra muy alta, verdadera. Pero aún así. Queremos algunas normas.
¿Aburrido de mí para unirse en el carro de la banda "sin pantalones caídos"? Sí. Sí. Aburrida y predecible. Pero odio los pantalones caídos y no puedo mentir. No van bien con el pollo.
¿Que te parecería si más restaurantes tenían una regla de no-pantalones caídos?
Imagen via victoriapeckham/Flickr

es un escritor que recrea en alimentos, crianza, noticias, Entretenimiento, biología molecular y nada más que eso salta a la cabeza. Ella vive con su hijo de edad escolar primaria en Brooklyn, tierra de chacras urbanas y artesanal todo.
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